miércoles, 23 de octubre de 2013

BICICLETAS TUNIADAS


La moda de los coches tuning, o coches tuneados ya no es el ultimo grito en modernidad, porque para los que tienen menos recursos llega... la bicicleta tuneada. Por mucho menos dinero puedes decorar tu bici añadiendole todo lo que desees (menos un motor, porque entonces ya seria una moto), para hacerla mas comoda. 

"No es como una harley sino más bien como una limousina o como un cadillac, long and low...". Así es como define el norteamericano Mark las bicicletas de la marca Pacific Coast Choppers, que su socio Mike Brittan se hace fabricar en Estados Unidos e importar a Barcelona para su alquiler y venta. Después de partir de su Los Angeles natal y recorrer medio mundo, Brittan ha decidido fundar en la Barceloneta un taller donde trabajar sobre sus particularísimas bicis, inspiradas por un movimiento surgido en los Estados Unidos y que hace algún tiempo que ha empezado a desembarcar en las principales capitales europeas. En Barcelona se han llegado a reunir "hasta 50 o 100 personas" en las excursiones que realizan cada domingo por la ciudad, asegura Brittan. 

Se trata de un movimiento "underground" basado en la personalización de las bicicletas. Aunque algunas sí tienen una clara inspiración en las míticas motocicletas Harley Davidson, otras recuperan diseños clásicos de la década de los 50 y algunas son completamente innovadoras. En Barcelona algunas tiendas generalistas comienzan también a ofrecer bicis con diseños nunca vistos hasta ahora en la ciudad. 

Esta afición no se limita a una nueva forma de conducción y pedaleo, generalmente con el sillín más bajo y los pies más adelantados, al estilo de la moto Harley Davidson, sino que también consiste en añadir infinitud de complementos, como sucede con el fenómeno del tuning de los coches. Así, en la excursión del pasado domingo se pudieron ver bicicletas decoradas con tubos de escape, equipadas con altavoces y mp3 o dotadas de bombonas de aire para l a suspensión.

Graffiti ¿arte o vandalismo?

En el centro del debate está la cuestión de si el graffiti es una forma de arte urbano o simple vandalismo. Algunos consideran las pintadas en espacios públicos como delitos cometidos por jóvenes desadaptados. Hace pocos años la CANTV hizo una enorme inversión para cambiar el estilo de las casetas de teléfonos públicos y facilitar la limpieza de las firmas de los escritores.

Al otro lado de la balanza, encontramos a algunos organismos públicos que han decidido dejar de luchar contra los graffitis e incluso han promovido espacios y concursos para que los jóvenes

escritores se expresen. Recientemente, la Alcaldía de Chacao realizó el evento «Cooltura» para cultivar el talento de los graffiteros y premiar su creatividad.

Hoy en día este lenguaje urbano ocupa espacios en galerías de arte y ha contado en el ámbito internacional con artistas de la talla de Jean Michel Basquiat, Keith Haring, Tammelzee, entre otros. El graffiti como acontecimiento de comunicación marginal, anónimo y colectivo viene aumentando en las últimas décadas y gana legitimidad como otra forma de expresión artística.

Esta revalorización del graffiti, para el antropólogo Rodrigo Navarrete, representa un rescate del significado de la calle y la plaza como lugar de intercambio comunicativo, y, en definitiva, es una reconquista de la calle como espacio a disposición de toda la población.

Aunque los jóvenes escritores no sean conscientes de ello, el graffiti como arte tiene un cuestionamiento más profundo que el simple placer de transgredir las normas sociales. Diana Bernaola considera que el graffiti se convirtió en una verdadera protesta hacia la imagen del arte como una simple mercancía del capitalismo, «pintar murales en las calles era una manera de rechazar el arte como un simple producto de la compra y venta».

Ya sea por una necesidad personal de expresarse, o como una manera de cuestionar criterios mercantilistas en el arte, el graffiti ha llegado para quedarse. Los espacios de la ciudad son testigos de este hecho. Dependerá de los organismos públicos y privados canalizar ese caudal creativo y artístico a fines más útiles, o mantener una batalla que de entrada parece perdida por las autoridades.

videojuegos
México.- Un estudio del centro de optometría internacional basado en Madrid, España revela que los videojuegos ayudan a mejorar la atención visual y estimulan otras habilidades como la percepción visual, la visión periférica, la memoria visual, la coordinación ocular. 
De acuerdo con el documento, los juegos online también mejoran la comunicación, al practicar en grupo, y enseñan a resolver problemas técnicos, que hacen que los niños se familiaricen con la informática. 
Sin embargo, los malos hábitos y conductas que puede generar el uso constante de algunos videojuegos ha quedado en evidencia.
Un estudio dado a conocer en Estados Unidos por Media Wase, una empresa líder en asesoramiento de empresas a nivel ejecutivo, reveló que los videojuegos provocan obesidad, adicciones y violencia entre niños y adolescentes. 
De acuerdo con el estudio, el vínculo entre obesidad y uso de videojuegos es muy claro. En promedio, los menores de entre ocho y 18 años de edad pasan 44 horas y media semanales frente a pantallas de computadoras y televisores. Es decir, unas seis horas al día. 
El tiempo promedio que los menores pasan inactivos ante pantallas es mayor que el que dedican a otras actividades cotidianas, excepto dormir, agregó Media Wise. Por ello, el uso de videojuegos se clasifica en el análisis del grupo como un contribuidor al problema de la obesidad.
La nutrióloga Itzel Carranza, especialista en obesidad y problemas metabólicos, lo explica así
De acuerdo con la Secretaría de Salud de México, nuestros niños pasan alrededor de cuatro horas diarias frente a una pantalla, ya sea mirando televisión, con videojuegos o navegando en internet. Si hiciéramos la cuenta, con las seis horas de escuela, las ocho de sueño, las dos horas para comer, otras dos para hacer tarea y las cuatro horas frente a la pantalla, a los niños mexicanos prácticamente no les queda tiempo para hacer ningún deporte. 
En cuanto a la actitud adictiva, el estudio de Media Wase compara por los síntomas resultantes a los videojuegos con cualquier otro tipo de adicción. Pues especialmente los niños y adolescentes sufren una alarmante condición de salud relacionada con los juegos. Muchos de los síntomas son comportamiento obsesivo, aislamiento, negligencia e irresponsabilidad. 
Y es que aseguran que la adicción a los juegos de video ha llevado a los niños a fallar en la escuela, aislarse de todas las personas en sus vidas, y en casos extremos a suicidarse. Algunos de los juegos de comunidades de internet más populares exigen como requisito para jugar una obsesión de consumo de tiempo.
Otro estudio llamado videojuegos, menores y responsabilidad de los padres elaborado por las organizaciones españolas protégeles y civértice con el defensor del menor, revelan que un 14% de los menores encuestados afirma estar enganchado a algún videojuego. Esto no quiere decir que realmente lo estén, pero pone de manifiesto que un porcentaje importante de estos menores es consciente de la capacidad adictiva de algunos de estos juegos.
Otro dato alarmante que encontrado por el estudio español es que 11% de los menores considera que los videojuegos pueden hacerle más violento. Pero más preocupante es que seis de cada 10 menores reconoce jugar con videojuegos en los que se daña, tortura o mata a personas.
El dato obtenido en este sentido pone de manifiesto una vez más que muchos menores están jugando con videojuegos con escenas de extrema crueldad dirigidos únicamente al público adulto: un 20% de los menores reconoce jugar con videojuegos en los que se daña, tortura o mata a niños, ancianos o embarazadas.
Por si fuera poco, un 15% de los menores reconoce jugar con videojuegos en los que los personajes consumen drogas.Miembros del centro de investigación para la comunicación aplicada de la Universidad Anáhuac han concluido que aquellos que hacen uso común de los juegos de video terminan por anular sus posibilidades de reflexión, pues si su jugador muere tiene vidas extras; si se es violento se justifica como un medio para lograr un fin. Si se destruyen bienes como casas o autos se pueden recuperar en el siguiente juego. Ello ha llevado a los video jugadores a no percibir la violencia, a no pensar si lo que se destruye tiene valor, si cuesta trabajo resarcir el daño.